El 16 de julio del año 1984 se dio un paso importante para toda la zona norte de la ciudad. El entonces alcalde, Julio Anguita, firmó un convenio urbanístico por el que el Ayuntamiento obtenía en el entorno una superficie de 236.920 metros cuadrados para equipamiento ciudadano. Fruto de este acuerdo, se ponían sobre la mesa terrenos para la puesta en marcha de zonas residenciales, espacios verdes y equipamientos educativos en la zona de la Asomadilla, Valdeolleros o el Cámping.

Herminio Trigo, que era el responsable de Urbanismo en aquel momento, calificó el convenio como muy complejo y de una gran magnitud, ya que era el más importante de los que se había firmado en la ciudad hasta entonces por su dimensión y por la cantidad de equipamiento que se ponía a disposición de los cordobeses.

Hoy, 32 años después, el presidente del Consejo de Distrito Norte, Juan Gregorio, también destaca la gran importancia que tuvo aquel acuerdo, que «suposo un salto cualitativo y cuantitavo en este lugar». El representante vecinal, que en aquella época era portavoz de la coordinadora de enseñanza de la zona norte, recuerda que este enclave era «muy deficitario», sobre todo en lo que se refiere a parques y centros escolares. «No teníamos nada», afirma, por lo que este convenio «solucionó nuestros problemas».

«Se crearon unas expectativas de zonas residenciales de distinto tipo que dieron pie a que Valdeolleros, el Cámping, Huerta de San Rafael o la Asomadilla tuvieran equipamientos en condiciones», apunta Juan Gregorio, quien anota que se solucionaron los problemas educativos «que hacían que los niños tuvieran que ir al colegio a la otra punta de Córdoba o que hubiera niños en sótanos que se inundaban cuando llovía». Fruto de este convenio, «se construyeron centros dignos». Ahora, de hecho, queda una parcela libre calificada como equipamiento educativo.

Juan Gregorio también destaca el gran pulmón verde que se creó, concretamente el Parque de la Asomadilla, que con sus 27 hectáreas es el segundo más grande de Andalucía. H