Solo un puñado de privilegiados disfrutó de la hazaña del Córdoba en Cartagena, el 30 de junio de 1999. «Noche épica», tituló Diario CÓRDOBA. Nunca un adjetivo fue tan fiel a la realidad. Nunca un ascenso fue tan necesitado. Los blanquiverdes, dirigidos por un Pepe Escalante que había sido contratado para salvar al equipo de Tercera, ganaron en un estadio donde nadie lo había hecho en cuatro años y ascendieron a Segunda tras 16 años.

--Si le digo Cartagena, ¿cuál es la primera foto que se le aparece?

--El grandísimo silencio que se hizo en el campo tras el pitido final, cuando desde nuestra llegada todo habían sido voces, un mal recibimiento, no nos habían dado entradas... Y toda esa algarabía se transformó en un grandísimo silencio, hasta el punto de que yo creía que los 17.000 se habían ido de un soplo; solo se oían nuestras voces de alegría.

--Aún cuesta entenderlo. Al Cartagena le valía un punto en los dos encuentros ante el Córdoba.

--A El Arcángel venían preparados para ese ascenso, así que no solo teníamos que ganarles, sino decirles que allí también podíamos hacerlo.

--Encima, empiezan perdiendo.

--Pero nunca dejamos de creer que estábamos haciendo historia y reaccionamos muy bien.

--¿Ha sido de los ambientes más hostiles que ha vivido?

--Sí, pero la gente no se creía que podía ganar; me dieron no sé cuantos latazos en la espalda desde la grada, y allí había gente de seguridad que no estaba diciendo nada. Pero todas esas reacciones de no saber estar, de no ser deportivos, las transformamos en positivo. Es más, les hubiera pedido que continuaran así porque nos vino muy bien. Al final, el silencio lo dijo todo. Pensaban que lo habían hecho bien, pero lo hicieron mal.

--¿Qué hizo al acabar el partido?

--Traté de buscar a su entrenador; mandé incluso al Litri porque me ponía en su pellejo, pero no hubo forma de encontrarlo.

--Muchos lo catalogan como el gran ascenso del Córdoba.

--No había ni un duro, estuvimos encerrados, teníamos preparados los colchones, era inaguantable, pero la ciudad estaba con el equipo. Yo no ascendí al Córdoba, yo ascendí con el Córdoba.