Carlitos, un bebé gaditano que sufría una hipoplasia congénita del ventrículo izquierdo del corazón, con un tiempo muy limitado de vida, recibió en 1994 un corazón de un lactante francés que le salvó la vida, cuando apenas había cumplido 25 días. Aquel hito médico fue publicado en la portada y en la apertura de Local del periódico como el primer trasplante español de corazón a un recién nacido, realizado bajo la dirección del doctor Manuel Concha, entonces jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular del Reina Sofía. El pequeño pesaba menos de cuatro kilos y los riesgos eran importantes.
Hoy, el doctor Juan Luis Pérez-Navero, jefe del Servicio de Pediatría, Críticos y Urgencias del centro sanitario, confirma que el pequeño Carlitos está bien, «continúa seguimiento en nuestro hospital regularmente cada 6 meses y actualmente tiene 21 años y mantiene buena función del corazón trasplantado». Según Pérez Navero, pocos años después, en 1998, se logró otro hito médico, el trasplante en Córdoba al neonato más pequeño en peso y días de vida, con tan solo 8 días, «que ahora tiene 17 años y continúa en seguimiento en nuestra unidad con muy buena evolución».
El trasplante de corazón de Carlitos duró unas cuatro horas. Poco antes, miembros del equipo de trasplantes del Reina Sofía se trasladaron a la ciudad francesa de Lyon, donde tenían el aviso de que un lactante de seis meses acababa de donar el órgano. El doctor Pérez Navero señala que desde del inicio del programa del trasplante cardiaco se han realizado 73 implantes a menores de 16 años, 25 de ellos en menores de un año. «La evolución en general es buena, tiene una supervivencia global al mes del trasplante del 75% y una calidad de vida buena», asegura el jefe del Servicio de Pediatría. Y añade que en estos momentos una de las técnicas más innovadoras es el programa de trasplante ABO compatible, para pacientes menores de un año muy seleccionados, «que nos permite aumentar su posibilidades de trasplantarse en este grupo de peso y edad, que es el más complicado para encontrar un donante».
