El cierre de la Azucarera de El Carpio produjo una situación convulsa en la ciudadanía de esta localidad, que hizo que el desempleo pasara en apenas tres años del 5% al 35% y aún hoy se nota que la Azucarera dejó de estar en El Carpio. Durante el proceso de cierre se produjeron numerosas manifestaciones, encuentros y reivindicaciones para que no se cerrara esta industria de la que vivía un gran número de vecinos de esta localidad y de varios puntos de la provincia.

Recordaba ayer el que fue alcalde de aquella época, Alfonso Benavides --padre de la actual alcaldesa, Desirée--, que «por la impaciencia de algunos para cobrar diferentes indemnizaciones no se pudo llevar a cabo una negociación que estábamos llevando a cabo el grupo de gobierno del PSOE con la Azucarera, porque estaban pendientes de hacer una empresa de transformación de productos agrarios y dudaban entre Huelva y El Carpio». Recuerda que aquel convenio hubiera sido muy interesante para el pueblo, «ya que realmente fue una desgracia que se cerrara, pero podría haber habido una salida razonable».

Actualmente, ese espacio lo ocupa el polígono industrial, a pie de la A-306, carretera autonómica que aspira a convertirse algún día en autovía. Recuerda Benavides que posteriormente solicitó al presidente de la Junta, Manuel Chaves, que les subvencionara dicha transformación, «siendo finalmente EPSA, la Empresa Pública del Suelo de Andalucía, la que hizo el polígono sin coste alguno para el Ayuntamiento».

En principio, el polígono La Azucarera tenía 105.000 metros cuadrados, pero posteriormente hubo una ampliación y supera los 200.000 metros cuadrados. Hay otra ampliación aprobada con la empresa pública de la Diputación Provincial, con el que se llegaría casi a los 500.000 metros cuadrados. Hay una parte del suelo industrial que está urbanizada, pero queda otra, que es de diferentes propietarios, que, si las circunstancias y la necesidad lo demanda, significaría una inyección importante de empleo y trabajo para los carpeños.