El 20 de agosto del 2004 dieron comienzo las obras de conexión de la prolongación de Gran Capitán con la avenida de El Brillante, concretamente lo relacionado con la demolición del inmueble como paso previo a la ejecución de este enlace viario. Las negociaciones con los propietarios de Muebles Martínez retrasaron años dicha conexión, teniendo en cuenta que el primer edificio afectado por las obras fue derribado en el año 1994. Además, una vez alcanzado el acuerdo, había otra cuestión que solventar, y era la presencia de amianto en la uralita de los edificios que tenían que ser demolidos. Así, las tareas de descontaminación no pudieron empezar hasta que el Ministerio de Industria no dio el visto bueno a las actuaciones.

Esta conexión se presentaba como el final del camino dentro del proyecto del Plan Renfe, uno de los de mayor envergadura que se han desarrollado en la ciudad. Dicha intervención vino a sanar la brecha existente en la ciudad por la presencia del ferrocarril y ponía al servicio de los cordobeses una superficie de 434.000 metros cuadrados que incluye equipamiento público (79.000 metros cuadrados), espacios libres y zonas verdes (118.000 metros cuadrados) y viales (237.000 metros cuadrados), además de permitir la construcción de 3.232 viviendas y 4.817 plazas de aparcamiento. Las actuaciones para urbanizar el suelo comenzaron en 1997, tras la constitución de la Empresa Municipal Terrenos Liberados del Ferrocarril. Cuatro años después, el 1 de diciembre del 2001, el Ayuntamiento de Córdoba inauguraba el Plan Parcial Renfe, una de las actuaciones urbanísticas más esperadas en la ciudad.

La prolongación del Gran Capitán fue adjudicada a la empresa ACSA por un presupuesto de 689.173 euros y un plazo de ejecución de seis meses. En su día, el entonces teniente de alcalde de Urbanismo, Andrés Ocaña, señaló que la actuación vendría a eliminar parte del tráfico que hasta el momento asumía la glorieta del Pretorio, que se había convertido en un punto difícil tras la reordenación del tráfico en el Plan Renfe.