La noche del 8 de noviembre de 1989 el Gran Teatro de Córdoba vivió una actuación para el recuerdo. El bailarín soviético Rudolf Nureyev, considerado una de las mayores figuras de la danza del siglo XX, ofreció el espectáculo Nureyev & friends junto a las más destacadas estrellas del Ballet de la Ópera de París, que él mismo dirigía. La cita había despertado tal expectación que tres horas después de salir a la venta ya se habían agotado todas las localidades y casi un centenar de asistentes siguieron en pie su puesta en escena. Con esta obra organizada por la Fundación Helios, el Gran Teatro batió su récord de taquilla al recaudar unos tres millones de pesetas.

La actuación de Nureyev se enmarcó en un periodo convulso para la URSS, que se desintegró dos años más tarde. El 9 de noviembre, CÓRDOBA informó de que el bailarín había afirmado que Mijaíl Gorbachov, entonces presidente de la Unión Soviética, era un «enviado de los dioses» y su llegada «ha servido para liberar al pueblo ruso, preso de los problemas que tenía». Rudolf Nureyev se despidió de Europa desde el escenario del Gran Teatro, ya que tenía previsto su regreso a la URSS después de 28 años sin actuar allí.

En sus declaraciones a los medios de comunicación, al ser preguntado por la figura que recogería su testigo en el ballet, destacó que «el cetro es mío y cuando me muera me lo llevaré conmigo». También detalló que «como director del Ballet de la Ópera de París, combino las obras clásicas con las experimentales».

Su espectáculo en el Gran Teatro fue vivido por los asistentes como una oportunidad casi irrepetible y, de hecho, cuatro años más tarde, a los 54 años de edad, falleció en París víctima del sida. El director del Conservatorio Superior de Música, Juan Miguel Moreno Calderón, acudió a esta actuación y señala que «hay dos espectáculos que recuerdo que fueron mitos, el de Rudolf Nureyev y el de Sviatoslav Richter (pianista)». Acerca de Nureyev, subraya que «quizá sea de lo más legendario que ha pasado en Córdoba en el campo de la danza».