Una menos. 34 años. Madre de cinco niños. Una menos. Y un artículo más. Un puñado de palabras incapaces. Nada llenará su ausencia. En la Puerta del Sol de Madrid, ocho mujeres iniciaron una huelga de hambre el pasado 9 de febrero. Doce días después, una de ellas fue ingresada. Reclaman que la violencia machista sea considerada una cuestión de Estado y, entre otras propuestas, que se profundice en la ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género del 2004. Esta ley supo entender que la violencia machista es una cuestión pública, no privada. Articuló medidas para luchar contra ella. Trazó un camino, pero aún no se ha desarrollado plenamente.

2004... ¿Cuántas pérdidas llevamos acumuladas en estos 13 años? 814 mujeres asesinadas. Aún más niños que han enterrado a sus madres. Padres que lloran a sus hijas asesinadas... Miles de huecos. Miles de vacíos. ¿Cómo podemos permitírnoslos? ¿Cómo podemos no intensificar la lucha en todos los frentes? ¿Cómo seguimos tolerando el mínimo gesto machista que sirve de coartada para el depredador sexual, el asesino? No podemos saber si alguna de estas muertes se hubiera evitado destinando más recursos y más esfuerzos al cumplimiento de la ley. Pero, al menos, no sumaríamos la culpa al horror.

* Escritora