Hace unos días caía en mis manos un libro de poemas, Un blanco deslumbramiento (Palabras para Cris), escrito por Andrés Aberasturi, periodista, miembro fundador del centro de rehabilitación, educación especial y residencial El Despertar, de la fundación NIDO para personas con parálisis cerebral. En palabras del autor, «este libro es una especie de poema largo donde se habla de la historia de un crío con parálisis cerebral. Con su lectura, alguien habrá conocido un poquito más lo que es este mundo, alguien se habrá sentido más tranquilo, más identificado con sus problemas, con los míos. Ha sido bonito. Comencé a escribirlo una madrugada fría en la que, de vuelta a casa, pasé como siempre por el cuarto de Cris, --mi hijo con parálisis cerebral--, que medio se despertó, me miró, me dedicó una sonrisa un poco de cumplido y se dio la vuelta para seguir durmiendo con sus manos entre la almohada y la mejilla». Somos muchos los que recordamos a Aberasturi, sobre todo, aquella forma de despedirse cuando conducía los telediarios de fin de semana de la 2 TV: «Sean moderadamente felices». En las muchas entrevistas que le han hecho, él se confiesa «humildemente agnóstico»: «Me gustaría ser ateo militante o creyente absoluto, pero no puedo y se me escapa ese concepto de un dios personal, creador y padre. Puede que tenga algo de panteísta, puede que la divinidad sea la armonía, la inocencia, la mirada de Cris, puede que dios sea mi hijo». Aberasturi confiesa que «no sabemos cómo enfrentarnos al sufrimiento del otro, qué palabras usar que no suenen a mentiras piadosas ni hurguen en la herida. Uno llega a la edad en la que cree que tiene todas las respuestas y luego se da cuenta de que ninguna respuesta es válida». Recuerdo haber leído en Penúltimas noticias acerca de Yeshúa/Jesús, de Enri de Luca: «Amarás en todo tu corazón y en todo tu aliento, y en todas tus fuerzas (...). El corazón es el centro de mando, la capital de la persona humana. Dentro de ella, ‘en’, se libera la fuerza centrífuga del amor a la divinidad». Aberasturi y Cris son el icono de la teología del amor-dolor.

* Sacerdote y periodista