Islandia se ha puesto de moda entre los españoles como destino turístico tras pasar su famosa crisis financiera (la justicia ha condenado a 26 banqueros) y la terrible erupción del volcán Eyjafjallajokull, que llenó de cenizas el cielo europeo. La isla nórdica, con 331.000 habitantes, bellos paisajes, alfabetización plena, igualdad de género real, bellas auroras boreales, energía barata, sanidad y educación exclusivamente públicas, una naturaleza cuidada... Es objeto de continuas alabanzas en las redes sociales, aunque no suelen destacar una característica de los islandeses: no se quejan, está mal visto socialmente. Quizá les vaya tan bien porque actúan en lugar de quejarse.